“Aunque
las cosas sean difíciles y dolorosas, la gente debería estar más agradecida por
estar viva” - Yato
La
mitología japonesa ha sido el motor de miles de historias en el anime. Mundos
espirituales, deidades, demonios y armas sagradas son cosas que, si bien no son
lo más común en el mundo del anime, han sido usadas multitud de veces para
crear buenos argumentos; y Noragami, no es una excepción.
La
trama nos trae a un dios menor llamado Yato, quien busca convertirse en el dios
más conocido del mundo, pero que por el momento no tiene un templo y vive como
un vagabundo cumpliendo deseos a los que lo necesiten. Se puede dividir
fácilmente la trama en 3 partes: un arco donde presentan a los personajes y se
solucionan problemas de distintas personas, tocando temas como el bullying, la
depresión y el suicidio; otro en el cual nos muestran más dioses, se generan
las interrogantes sobre el pasado y se consolidan las relaciones entre los
protagonistas; y por último, uno donde
nos traen un enemigo del pasado que desencadenará una batalla final de
temporada.
El
error fundamental de este anime es que no tiene un objetivo claro. Nos
presentan un universo capaz de darnos una trama muy buena, mas nunca la
desarrollan lo suficiente. Nos dejan con muchas interrogantes que, seguramente,
serán respondidas en un futuro. No se dan la labor de profundizar mucho y se
limitan a darnos una especie de “prólogo” de lo que será la historia.
Pese
a sus decadencias, la serie tiene momentos muy buenos, generando tensión en
cada capítulo por el ambiente melancólico y ligeramente oscuro que presenta. También es necesario destacar que el personaje
principal resulta muy interesante, quien más de una vez te robará una risa con
una de sus intervenciones aleatorias, manteniendo un balance entre drama,
acción y comedia.
El
encargado de la animación fue el estudio BONES, uno de los grandes en cuanto a
animar se trata, que a pesar de haber estado realizando un anime con mayor
presupuesto paralelamente a este, logró darle un apartado técnico digno. El
ambiente es un tanto oscuro y el diseño de personajes es muy bueno. Utilizaron
una paleta de colores que logra darle una animación bastante característica a
la serie y que, junto a los planos realizados en las escenas importantes de la
historia, consigue crear momentos memorables para los espectadores.
La
banda sonora es uno de los pilares fuertes de este anime. Corre por cuenta de
Taku Iwasaki, un compositor que supo darle ese “sabor” a cada momento, haciendo
uso de música folclórica japonesa con ritmos electrónicos, un poco de jazz y
solos de piano que siempre sirven para crear tensión o dramatismo. Adicional a
esto, Noragami goza de buenas canciones para sus aperturas y cierres que
dejaran enganchado a más de uno durante varios días.
Doce
capítulos es un tiempo bastante corto para traernos un anime lo suficientemente
interesante como para ser recordado al tiempo. Si bien Noragami no es lo mejor
que podemos encontrar entre animes de la misma duración, es un serie que
muestra tener bastante potencial para siguientes temporadas donde se logre
desarrollar la historia.
No
queda más que invitarlos a ver este anime si son amantes de la cultura japonesa,
o se interesan un poco en su mitología. Para los que no, también pueden
disfrutar de una historia que resulta entretenida y fácil de llevar, siendo una
buena opción para pasar un rato viendo un anime de corta duración.
Nota:
8/10
Me dieron ganas de ver este anime, cuando termine este semestre lo haré!
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